Convertir la compra a granel en el nuevo mainstream. Exfoliarte la piel con el poso de tu última cafetera. Almacenar en el congelador las partes sobrantes de los vegetales para después hacer caldo. Fabricarte un limpiador natural con la piel de los cítricos que consumes. Practicar el intercambio de ropa con gente de tu misma talla, o no. Improvisar una cena con los restos de la semana y que tus amigas te pidan la receta. Intercambiar esquejes de plantas con personas de tu barrio.